2011-10-05

Murders in the Zoo

MURDERS IN THE ZOO
Director:Edward Stuherland. Con Lionel Atwill, Kathleen Burke, Randolph Scott, Gail Patrick. USA, 1933
Poseía Lionel Atwill, idolatrado en esta casa, la sonrisa más ofídica de Hollywood. Cuando asomaba cortésmente los dientes, sus ojillos parecían encenderse augurando funestas amenazas. Siempre, claro está, sin perder un ápice la compostura, que para eso fue el gentleman británico por excelencia. Al menos hasta que el puritanismo de su gremio lo desterró a los infiernos de la serie Z escandalizado por las prolongadas veladas que en compañía varia dedicaba en su hogar al sexo, el beberbecio y otras cosas más sin las cuales una fiesta no puede entenderse como tal. Otro día se lo contaré, si no lo hace antes el sapientísimo Borgo, que de estos asuntos es máxima autoridad.
Comienza Murders in the Zoo sin dar respiro ni esperanza, brindando una de las secuencias más impactantes del cine de su década, que ya es decir. Agachado en la jungla entre bejucos y lianas, ayudado por impertérritos orientales, Lionel se dedica con esmero a coser con hilo de bramante los labios de un hombre que yace atado en el suelo. Brutal primer plano de la víctima, boca sangrante y ojos desorbitados, acompaña la huida de Atwill, parsimonioso a lomos de su elefante. Elegancia, sadismo, deseo y animalidad son los ejes que van a conducir esta historia de celos y dentelladas, cruda y perversa como pocas.
Es don Lionel científico y cazador que abastece al zoológico de su ciudad. Casado con Kathleen Burke -aquella actriz de hipnótica mirada que hacía de Mujer Pantera en la sacra Island of Lost Souls- acostumbra a castigar con la muerte a los amantes de su señora, quien por otra parte no hace más que buscarlos visto el ogro que le ha tocado en suerte como marido. Veneno de cobra para ellos, cocodrilos voraces que no dejan ni los huesos para la esposa infiel, boa constrictor para el propio criminal.
Y es que aquí los animales, aunque no salgan mucho, se dejan sentir de fondo como potenciales asesinos de dientes y ponzoñas, máquinas de matar esclavizadas por sus instintos. Como el mismo Lionel, sádico ejemplar que tras cada crimen se pone cachondo torturando psicológicamente a su señora e intentando violarla después. Una sinceridad descarnada que convierte lo que podría parecer un policial normal de los que se facturaban a docenas en los treinta en película de halo malsano y perturbado, casi fantástico.
Nunca los buenos modales, la exquisitez y la elegancia volvieron a parecer tan peligrosos. Nunca, desde que se murió Lionel Atwill...

7 comentarios:

Lluís Bosch dijo...

Ayer en La Sexta3 pusieron casiu n clásico del gore con animales, aunque sea una secuela previsible de Tiburón (y dirigida por Joe Dante): Piraña o Piranha. Me la tragué entera, disfrutando de los escasos buenos momentos del film. Creo que tendré que buscar su peli, Abuelito, porqué debe ser el origen de todo. Ni Dante ni Spielberg. De los judíos no se puede esperar nada más que su avidez por hacer "cash".

El Abuelito dijo...

Hombre, no la tome usted así con los hijos de Sión, don Lluis, que al fin y al cabo el pecado que usted les achaca es el mismo que otros atribuyen a escoceses o catalanes mismos...

Alfonso Montaño dijo...

Pelis bizarras con animales... "Link", aquélla del mono cuyo instructor era Terence Stamp, que le animaba a hacer actos racionales, y le gritaba "¡Link, héroe del fuego!", y el cuadrúpedo palmoteaba pero se volvía amenazante, con una mirada como la de Lionel Atwill... Y una música de Jerry Goldsmith entre circense y terrorífica, sublime, desasosegadora. Abuelito, aunque sea moderna... ¿qué le parece a usted?

El Abuelito dijo...

Pues me gusta y mucho, que hasta la compré en DVD; ya sabe que las de monos sabios -y Link lo era un rato largo, tanto como malo- ejercen una extraña atracción sobre mí... Si adquiere el próximo número de "Mondo Brutto" podrá comprobarlo, pues allí saldrá publicado un mega dossier que he redactado sobre algunos de los múltiples aspectos del Cine Primate... eso sí, dentro de los límites temporales del Desván, ya puede imaginarlo...

angelpito injurioso dijo...

Hablando de monos inteligentes(y no me refiero a las próximas elecciones)¿que me dicen ustedes de la precuela del planeta de los simios?Escuche hace poco en la radio que para el José Luis Gárci es la mejor de este verano.

El Abuelito dijo...

Las próximas elecciones no creo traigan ningún simio... inteligente. Canallas a mares, pero listos, ya lo dudo más...
No he visto la precuela (que en realñidad es adapatación de la cuarta de la serie original, "La rebelión de los simios", donde se explicaba ya el origen de los monosabios; acabaré por verla, aunque eso que me dice de Graci, Ángelpito, no me anima demasiado, la verdad, que sus gustos y los míos no suelen coincidir... Ya veremos!

miquel zueras dijo...

Gracias por sus saludos, Abuelito. Qué magnífico era el señor Atwill... y qué maravilla de cartel. Abrazos. Borgo.