2012-07-27

Al monte, a lo lejos

¡Adiós, nietucos! Me tiro al monte, lejos de tanta canalla como infesta nuestras urbes, sin noticiarios, interneses, telerradios ni otra cosa sino papeles viejunos y buenas compañías como la que en la foto ven... ¡¡EN SEPTIEMBRE REGRESO, no falten, que traeré el zurrón lleno de vampiros añejos, fantasmas viejunos, esqueletos charlatanes y chinos mandarines! ¡¡Todo cuanto hace falta para olvidarse de tanto ladronicio encorbatado, tanta autoridad pérfida, tanto mandatario criminal...!! ¡¡Al diablo todos ellos!!

2012-07-24

Cuentos de hadas tenebrosos -5: Macario

MACARIO
Director: Roberto Gavaldón. Fotografía: Gabriel Figueroa- Con Ignacio López Tarso, Pina Pellicer, Enrique Lucero, Mario Alberto Rodríguez. México, 1960


Se colaron, se ve, en los zurrones de los europeos que viajaron al Nuevo Mundo no poca cantidad de seres feéricos que colonizaron, a su modo, aquellas tierras. Las del Norte, perdiéndose entre los brumosos bosques y haciendo brujerías a la europea; las hispanas, como siempre, mezcladas a la fuerza con toneladas de catolicismo: es nuestro sino. En el Desván vamos a seguir el ejemplo de don Pablo Molino, y a las películas rusa y finesa de este mini-ciclo dedicado al Cuento, sumaremos por último este título capital, verdadero Clásico del Cine con mayúsculas proveniente de México: Macario es su nombre.


Hay que tener consideraciones con los muertos” –se dice en un momento del filme- “porque total pasamos mucho más tiempo muertos que vivos”. Especial relación, única en el mundo, la que une a mejicanos y difuntos; no es de extrañar pues que a la hora de escoger un relato del patrimonio popular europeo para adaptarlo a tierras charras, el escritor Bruno Traven –el escurridizo autor de El tesoro de Sierra Madre- se inclinase por “La muerte madrina”, protagonizado por la Huesuda en persona y recogido en Germania por los Hermanos Grimm. AQUÍ pueden leer, si gustan, el conciso relato original.
Cuenta la historia de aquel mísero leñador que, negándosela al mismo Dios y al Diablo, comparte su comida con la Muerte y recibe como recompensa un agua milagrosa capaz de curarlo todo. Estética, modos, lenguaje, interpretación y puesta en escena son netamente mexicanas. Y sin embargo, como sucede con las obras maestras, tal cosa convierte al filme en más universal todavía: ir de lo particular a lo general, creo que llaman a tan difícil arte.

Un México el mostrado a caballo entre el ensueño y la vida, claro precursor de tanto realismo mágico como vendría después. La pesadilla del protagonista, prodigiosa secuencia plagada de calaveras, la celebración del Día de los Muertos con toda su parafernalia festiva y siniestra, la omnipresencia de la Iglesia y de la religión en general o la misma caracterización de Satanás como charro, Cristo como ermitaño de blanco atavío -en los cuentos, el Crucificado sigue recorriendo la tierra después de muerto, desde Mallorca a Bretaña se le encuentra- o la Muerte campesina de poncho y huaraches: iconografía local que otorga al relato certificado de autenticidad.

Denunciado Macario a la Inquisición, que nunca el rico consintió la competencia del pobre, comienza su proceso solemne y macabro, como corresponde a la naturaleza esencialmente maligna del Poder. De las mazmorras y los verdugos a la Gruta de la Muerte, igualita a la que salía en Las Tres Luces de Lang, llena de velas que representan existencias, todo conduce al inevitable desenlace que a todos al fin ha de igualarnos. Cuento de sabor amargo como pocos, por eso mismo portador una visión poética inusual, con de un halo de misterio y fatalidad rara vez expresado en el cine con tal sencillez y verdad...

2012-07-20

Cuentos de hadas tenebrosos- 4: Molino en el Otro Mundo

DON PABLO EN EL PAÍS DE LAS HADAS



No hace falta a estas alturas que les presente a don Pablo Molino, fundador de la editorial del mismo nombre, empresa modelo y clave de la cultura popular impresa del siglo XX en este desdichado país nuestro. Rey del Pulp con sus colecciones Biblioteca Oro y Hombres Audaces, entre otras; Monarca de la novela detectivesca; Amo y Señor del Mundo de los Cuentos, por ser factótum de colecciones imprescindibles como Marujita o como esta misma que hoy viene aquí y que a lo largo de cincuenta años trajo hasta la península ibérica los más fidedignos ecos de la Tradición Encantada.


Desde poco antes de la Guerra Civil, duendes, hadas, gnomos y otros seres semejantes frecuentaron España en estas publicaciones, escritas la mayor parte de las veces por autores de la casa e ilustradas por los más conspicuos colaboradores gráficos de Molino. Entre la edición de lujo -tapa dura, dibujos abundantes de gran tamaño- y lo popular -papel pulpa, tintas algo diluidas- se editaron y reeditaron, cambiando según mandaban los tiempos sus cubiertas, progresivamente edulcoradas.





Esta selección les muestra algunas de las ediciones originales, que conservan aún el eco de lo encantado, imágenes todavía insumisas frenta a la rendición a lo puramente infantil. Provienen las imágenes en buena parte de todocoleccion.net, que los fondos del Desván son amplios, pero no infinitos!!
Se diría que aspiraba don Pablo a cubrir las tradiciones orales de todos los países de la tierra, de la vieja -ahora más que nunca- Europa a mercados importantes como los sudamericanos, pasando por lo exótico chino, japonés o hindú que a nuestros eurocéntrico ojos es casi sinónimo de lo maravilloso.  





No es difícil descifrar un sentido de lo fantástico diferente en cada volumen según sea el país elegido. A ustedes les dejo que se complazcan en ese juego, en el que pueden comprobar el escaso apego hispánico a lo puramente maravilloso, la épica salvaje de lo eslavo o la identificación de "lo medieval" con el País de las Hadas. Juego interminable y sugerente, penúltimo entretenimiento de este pequeño ciclo del Desván consagrado al cada vez más recóndito Universo Feérico...

Guía de ilustraciones:

- América del Norte: Roque Riera Rojas
- India: Emilio Freixas
- Alemania: Joan Pau Bocquet
- Francia: Roc Riera Rojas
- Inglaterra: Juan Pablo Bocquet
- China: J. P. Bocquet
- España, con la dama y el caballero: Joan P. Bocquet
- España, con la tejedora: Carlos Freixas
- Italia: R. Riera Rojas
- Polonia: Desiderio Babiano Lozano Olivares
- América del Sur: D. B. Lozano Olivares
- Rusia: Don Emilio Freixas
- Grimm -1: J. Pablo Bocquet
- Grimm -2: Carlos Freixas Balitó
- Bretaña: Alejandro Coll
- Japón: Emilio Freixas el Magno

2012-07-16

Cuentos de Hadas tenebrosos -3: El reno blanco


VALKOINEN PEURA
Director: Erik Blomberg. Con Mirjami Kuosmanen, Kalervo Nissilä, Åke Lindman, Arvo Lehesmaa. Finlandia, 1952. 

No sé si todavía queda alguien ahí fuera que siga creyéndose que la cosa esta de las hadas y los cuentos es asunto apto nada más para mentalidades infantiles. El remedio más indicado para deshacer de una vez por todas tan tonto lugar común es verse esta película finesa que traigo hoy, transcripción literal de una leyenda popular, la de la Bruja Pirita, realizada en 1952 y tan fresca, desde luego, ahora como hace sesenta años. Si lo de tenebroso tiene sentido en algún recoveco del mundo feérico es sin duda aquí, entre estos paisajes de hielo y muertas maderas, tan ajeno a cualquiera de los nuestros, tan inhóspito, tan hostil.
Valkoinen peura trata materia muy familiar para el aficionado a frecuentar estos reinos fantásticos, la del matrimonio de un humano con una criatura del bosque. Civilización y salvajismo unidos contra natura, un tema conocido en Europa desde los tiempos de la Mujer Sierpe Melusina, de la Ondina que casase con el caballero de La Motte Fouqué o de Yuki Onna, la Mujer de la Nieve, de peripecia tan parecida pese a ser de pura cepa japonesa. Don Lafcadio Hearn en textos y el señor Kobayashi en filme nos hablaron tiempo ha de ella; aquí como allá en Oriente sabemos que tales enlaces conllevan un tabú cuyo quebrantamiento ha de traer inevitablemente calamidad y desgracia...
Entre extraños parajes blancos de aquellos que difícilmente pueden dejar de resultar poéticos, cuyo aroma de misterio les es consustancial, se narra la historia de Pirita, nacida de una mujer enigmática que salida de las frondas llegó hasta una choza de lapones donde antes de morir depositó a su bebé. Veinte años más tarde la niña es moza casadera que matrimonia con un joven pastor de renos; preocupada por dejar de agradar a su esposo, recurre a la ayuda de un brujo de los que viven aislados, azuzando las llamas del caldero y tocando su tambor mágico todo el día. Mal hace, pues la brujería despierta de nuevo sus atávicos instintos.
Obligada para conseguir sus objetivos a "matar al primer ser vivo que se cruce en su camino", un requisito de claros ecos inciáticos, sacrifica la doncella ante el altar de los Dioses a un reno blanco, animal sagrado cuya muerte acarrea la desgracia. La muchacha mutará en el cuadrúpedo sacrificado para recorrer las heladas estepas, además de adquirir otras naturalezas como la de vampiro o la de licántropo, que le conminan a matar cuando la luna llena asoma en el horizonte. El menhir totémico lleno de esqueletos, los colmillos que delatan su condición infernal, la sed de sangre que le acompaña: Valkoinen peura entra de lleno en los dominios del terror puro.   
A medio camino entre el costumbrismo, el relato sobrenatural y el realismo mágico, es filme  bellamente fotografiado y compuesto, ágil, sobrio y eficaz. Porque basándose sólo en los escenarios naturales, sin retocar siquiera con la iluminación, alcanza los mismos objetivos que persiguen las recargadas y artificiales realizaciones del ruso Ptushko: descubrir tras cada fotograma el pálpito de lo numinoso para devolvernos la capacidad de mirar la realidad con otros ojos. Santo y difícil objetivo que este filme prodigioso consigue de lleno. No se lo pierdan, que ahora es fácil de conseguir en la red, mal que reviente a nuestras culturales autoridades...

2012-07-11

Cuentos de hadas tenebrosos -2: La Otra Gente


CRIATURAS FEÉRICAS
Pueblan el Bosque, o subconsciente, o lugar salvaje, o mundo astral, que todo ello es según el gusto de cada uno, un sinfín de criaturas, o potencias del alma, o símbolos iniciáticos, o entes preternaturales (ya les digo: aquí cada cual bautiza e interpreta como desea), clasificadas en la larga Tradición cuyos ecos han llegado mutados, disfrazados, reconocibles... hasta ayer mismo. Su encuentro entraña riesgo y ventura, como sucede con todas las cosas de la existencia.

Hallaremos en aquel espacio a los Niños Perdidos, nuestro espejo, recorriendo las espesuras en busca de la iluminación. Ayudará tal vez en su peregrinaje el Enano, ente psicopompo que guarda la Otra Orilla, guiando al viajero hacia ese Más Allá situado siempre más cerca de lo que se cree. Que tal ser sea bueno o malo es criterio que allí, en ese mundo, pierde toda significación.
Los Silfos son la especie más ligada a la Botánica Oculta. Velan el sueño del caminante induciendo en él tanto pesadillas como vislumbres del Paraíso.
No son los Elfos seres cuya intención sea comprensible a la primera. Su actitud hacia el humano dista mucho de parecer, al menos en un principio, amistosa...

Es el Gnomo, en cambio, criatura revoltosa, atolondrada, amiga de fiestas, bromas pesadas y jaranas. A él se deben los ruidos y crepitares de la espesura...

Peores intenciones suele llevar el cruel Trasgo, ente hostil, taimado y engañoso que nunca actúa si no es en su propio provecho. Ahuyenten, si con él topan,  a semejante Elemental, o saldrán sin duda malparados.

Vive entre ellos, entre lo visible y lo invisible. Es la Mujer del Bosque, quien hace tiempo superó su humanidad para integrarse sin fisuras en lo Salvaje. Mucho cuidado, pues gusta, hembra al fin, de arrastrar tras ella a los ingenuos hombres que creen en sus promesas de sabiduría y riquezas.
Engañosas son también las Hadas, seres bellos, evanescentes, incapaces de obrar más allá de lo que dicte su capricho. Seductoras hasta provocar la mortal melancolía , según contó con tino notarial don Herberto G. Wells en su crónica de Míster Skelmersdale en el País de las Hadas.


Parecidas a las hadas pero pertenecientes al ámbito acuático son las Ondinas o sirenas, cuyos apareamientos, tan deseados, con humanos acaban por acarrear indefectiblemente la perdición. Por hermosas y bienintencionadas que tales criaturas acostumbren ser...
Femenina y perteneciente al Bosque es también la Bruja, asociada a lo oscuro, lo sacro y lo blasfemo. Maridada con las fuerzas malignas, suele frecuentar al mismísimo demonio, con el que llega a compartir, como aquí se ve, vivienda y habitáculo.

Y es que el Señor de Este Mundo vive en el paisaje del cuento en la masía vecina, con sus cuernos y  su rabo, en aquellas casas lejanas, solitarias, en ruinas, que a veces alcanzan a verse desde las carreteras como sinsentidos en la inmensidad del horizonte. Allí, lejos de sus infernales dominios, conoce las mismas vulgares necesidades de todo quisque.
La Bestia, el Monstruo, el inconsciente desatado, la pasión sin freno habita los parajes astrales, acechando siempre a la Razón. Puede ser sin embargo ser dominada y puesta a nuestro servicio, como saben todos cuantos conocen la célebre leyenda inmortalizada por madame Leprince de Beaumont.

Custodio de sabidurías vedadas al ser humano es el Dragón, que necesita ser derrotado para que la Iluminación pueda ser alcanzada. Una tarea nunca fácil, trabajo del héroe en que todos debemos mutar en tales lares.

El Gigante es sin embargo más ambiguo, no en vano su estirpe caminó por esta tierra mucho antes de que lo hiciéramos nostros. Relacionarse con él entraña peligro, pero también grandes posibilidades de dominio y fortaleza.

Caso distinto es el del Ogro, invariablemente hostil, avaricioso, aprovechado e insaciable, ávido siempre de la perdición de nuestro espíritu. Cuidado, pues con frecuencia su aspecto traiciona: no en vano la mentira es su esencia.

La misma Muerte, verdad útima y única certidumbre, habita como uno más las frondas del Bosque primigenio. Dejen si pueden de temerla, pues contra lo que pueda parecer, es indudablemente la más familiar al hombre entre todas las entidades aquí evocadas...
                                                                       

Guía de ilustraciones:

-Los Niños Perdidos: "Pulgarcito", por Emilio Freixas, Ed. Molino, años treinta.

-El Enano: "Los tres pelos del diablo", por Longoria, ed. Molino, años cuarenta.

-Los Silfos: "Cuentos de hadas españoles", por Jaime Juez, ed. Molino, años cuarenta.

-Los Elfos: "El enano Zarzamora", por Hilda McGavin, col. Marujita, ed. Molino, años treinta.

-Los Gnomos: "El gnomo que fue al mercado", por Hilda McGavin, col. Marujita, ed. Molino, años treinta.

-El Trasgo: "Los dos aprendices", por Emilo Freixas, ed. Molino, años treinta.

-La Mujer del Bosque: "La vieja de los gansos", por Emilio Freixas, ed. Molino, años treinta.

-Las Hadas: "La cierva en el bosque", por Carlos Freixas, ed. Molino, años cuarenta.

-La Sirena: Jaime Juez, ed. Molino, años cuarenta.

-La Bruja:"Los tres pelos del diablo", por Longoria, ed. Molino, años cincuenta.

-El Diablo: "Los tres pelos del diablo", autor anónimo, lámina de cromos sin créditos, años cuarenta?

-La Bestia: "Cuentos de hadas españoles", por Jaime Juez, ed. Molino, años cuarenta.

-El Dragón: "Chapete quiere ser héroe de cuento", por Salvador Bartolozzi, ed. Saturnino Calleja, años veinte.

-El Gigante: "Jack, matador de gigantes", por Albistur, ed. Molino, años cincuenta.

-El Ogro: "Las tribulaciones de Meterete", por John Robert Monsell, ed. Ramón Sopena, años diez.

-La Muerte: "Los mensajeros de la muerte", por Jaime Juez, ed. Molino, años cuarenta.


Como ven, la deuda del cuento -y la nuestra- con el editor Molino es impagable...

2012-07-05

Cuentos de hadas tenebrosos- 1: La flor de piedra


                                                                              

LA FLOR DE PIEDRA
Director: Aleksandr Ptushko. Con Vladimir Druzhnikov, Yekaterina Derevshchikova, Tamara Makarova. U.R.S.S., 1946
    Como quiera que cada vez falta menos tiempo para que el Abuelito comience su retiro canicular a los bosques, y como quiera que en las frondas que este anciano gusta frecuentar todavía es posible observar algunos silfos, elementales, espíritus del aire, damas encantadas y otras varias criaturas feéricas, he tomado la decisión de consagrar las entradas que durante este mes de julio aparezcan al género fantástico primordial, madre de tinieblas y padre de nocturnos temblores que poco o nada tienen que ver con el universo infantil: el Cuento de Hadas.
Para iniciar este ciclo, tan breve y caprichoso como cuanto suele aparecer por este internaútico rincón, nada mejor que presentarles al más grande artífice cinematográfico del género, realizador predilecto del terrible Padrecito Stalin, Santo canonizado del Desván, prodigioso animador (de stop-motion como debe ser), nombre fundamental del cine fantástico al que se suele olvidar por más que merezca figurar en pie de igualdad junto a luminarias como San James Whale, San Tod Browning o San Jorge Meliés y Mago verdadero capaz en todas sus películas de mostrar retazos de ese paraíso perdido oculto que a tientas buscamos tras toda mitología,  harto más hermoso y justo que este mundo: Don Alejandro Ptushko.
Comenzó San Aleksandr su carrera hacia 1927, animando marionetas cargadas en más de una ocasión de propaganda soviética; recordarán los más avispados que AQUÍ les hablé ya de su Gulliver comunista, en el que lo burdo del mensaje no logra empañar su magia visual. Su gran oportunidad le llega tras la Guerra Mundial, cuando el Ejército Rojo se trae de Berlín de gratis metros y metros de película Agfacolor, al tiempo que Papaíto Stalin ha decidido tolerar la evocación del pasado, proscrita antaño pero necesaria entonces para encender el patriotismo frente al invasor nazi.
Por fin los cuentos, epítome de la tradición, pueden despojarse de su ajena carga política; con el beneplácito y hasta la generosidad del Estado don Alejandro tiene la oportunidad de dirigir personas en lugar de muñecos y da a luz a una de sus primeras obras maestras, La flor de piedra.

Es lugar común de lo más infundado llamar a don Alejandro "el Disney soviético". Nada más falso: mientras tío Walt, por mucho que nos guste, se dedica a traicionar el cuento tradicional edulcorándolo e infantilizándolo al máximo -y desposeyéndole, por tanto, de su verdadera esencia, conectada con nuestros más arcaicos terrores-, el ruso continúa sin cortes la tradición narrativa oral, en ortodoxa puesta en imágenes que el mismísimo Afanasiev hubiese aplaudido a rabiar. Artista plástico de primer orden, nadie como él ha sabido tratar el color, incorporándolo como elemento dramático en planos de pictórica concepción perfectos, sobrecargados, excesivos, inspirados en los grandes ilustradores clásicos del cuento, Ivan Bilibin a la cabeza. No en vano éste fijó definitivamente la iconografía rusa del género, tan precisa y clara como barroca, dibujando además varios de los relatos que Ptushko llevaría antes o después al cine.

Trata La flor de piedra los motivos más antiguos del cuento: la naturaleza como puerta y morada de lo numinoso, tal como manda el panteísmo fatalista del romanticismo; la historia de conquista y renuncia del artesano que es seducido por la Dama del Bosque a través del Objeto Mágico; la presencia de esa misma Dama, de la estirpe de todas aquellas que desde siempre han cautivado caballeros atrayéndolos hacia el lugar sin tiempo, como Venus a Tanhauser, la Reina Sibila y su paraíso Subterráneo o la Espantosa Mujer del Bosque que el romántico alemán Ludwig Tieck evocase en El Runenberg. Las entrañas de la tierra como lugar sagrado, secreto centro del universo, aquí mostradas de una forma espectacular, recargada, iniciática. Y es cada uno de los fotogramas parece conectar con el Otro Mundo, tal es su fuerza y su poder...  

La posteridad, la occidental por lo menos, se ha portado muy mal con San Aleksandr. Le perjudicó su filiación comunista y la preferencia que el bigotudo Stalin mostrase por su cine; el dedicarse al universo feérico hizo que se le conceptuase, según manda una concepción de la cultura tosca y superficial, de infantil; los americanos, Rogelio Corman a la cabeza, se dedicaron a remontar su cine, mutilándolo de mil formas hasta hacerlo irreconocible; su opción, en fin, de consagrarse a unos modos y una estética que nada tenían que ver con las corrientes artísticas de su tiempo facilitaron que se le llegase a considerar kitsch.
Y sin embargo, búsquenlo ustedes que anda circulando por la red, pocos filmes como los suyos saben trasportarnos de forma tan eficaz y poética hacia universos legendarios, tan reconocibles como personales. Un verdadero Mago, ya les digo, uno de los pocos que en el cine han sido...